El cálculo de la huella de carbono mide la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos directa o indirectamente por una actividad, producto, servicio, evento, organización o individuo. Estos gases, como el dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O), son responsables del calentamiento global y el cambio climático.
La huella de carbono permite a nuestros clientes identificar las principales fuentes de emisiones y, con esto, mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo de combustibles fósiles, lo que se traduce en ahorros económicos significativos; además de implementar acciones para reducir el impacto sobre el cambio climático.